Nada irreal existe, pero para aprenderlo necesitamos seguir algunas directrices aprovechando los recursos de los que disponemos y poder ir adaptando nuestra mente a una nueva forma de pensar y actuar.
Si sigues haciendo lo mismo, los resultados siempre serán los mismos. Cuando se está harto de que las cosas no vayan como uno querría o cambiamos la manera de hacer o continuaremos obteniendo más de lo mismo.
Se ha dicho de este Curso que es una forma de “Vedanta Cristiano”, que es la “nueva Biblia”, que es la “Espiritualidad más allá de la Nueva Era” o que es “el trabajo más importante del siglo XX”. Estudiantes de Budismo Zen hacen referencia a las similitudes entre su enfoque y los del Curso. También hay similitudes entre las enseñanzas de J. Krishnamurti o del Vedanta Advaita, así como los estudiantes del Corán pueden apreciar en él ciertas semejanzas. El propio Curso dice que es solo uno más de los caminos espirituales y que todos tienen un objetico común de alcanzar amor y paz entre la Humanidad.
Helen Schucman, en el prefacio de UCDM dice: "Su objetivo no es sentar las bases para iniciar un culto mas. Su único propósito es ofrecer un camino para que algunas personas puedan encontrar su propio Maestro Interno".
Sea lo que fuere, cuando llega a tu vida, si estás preparado, el Curso te ayuda a cambiar esos pensamientos y actitudes que hacen que tu vida tenga una forma u otra. Digo esto porque el Curso llegó a mí hace años y no estaba para nada preparada e hice oídos sordos. Cuando llegó de nuevo a mi vida, 10 años más tarde, lo curioso es que me lo vendió la misma persona en otra librería y que ella se acordaba. Cosas que nos montamos en la película de nuestra vida.
Cambiar pensamientos, actitudes, emociones de culpa, pecado, miedo, ira, rabia, violencia, irritación, desconfianza, lucha, ataque, agresión, imperfección, recelo, celos, duda, rencor, odio, inquina y muchísimas más que podríamos nombrar, es lo que nos ofrece el Curso. Todo esto lo sentimos nosotros a lo largo de nuestra vida y hace que nos sintamos desdichados. Pero lo podríamos resumir en que, en definitiva, nos sentimos separados del otro y eso es lo que lo estropea todo. Vemos al otro como algo exterior a nosotros, como una entidad aparte y aunque tengamos muy buena relación y buenos sentimientos hacia esa persona, continuamos sintiéndolo como algo externo.
El Curso nos propone cambiar eso. Nos propone cambiar nuestra mente, dejar atrás patrones que hasta ahora solo nos han servido para sobrevivir y pasar a vivir realmente. Propone ver al otro como otro tú, no como una entidad aparte sino como una extensión propia, con los mismos objetivos, con los mismos miedos, con las mismas dificultades y con los mismos recursos para conseguir sus fines. Todo dependerá del fin.
No es el único recurso a nuestro alcance para conseguirlo, afortunadamente tenemos variados y diversos en otras culturas, pero para mí éste aporta una conexión con mi cultura que hace que experimente la sensación de “ya sabía yo…” porque deshace equívocos de nuestra religión católica, apostólica y romana. Hace entendedor el mensaje del personaje Jesús y nos muestra que el mensaje era válido pero que fue tergiversado, mal entendido, mal explicado y sobretodo manipulado por otros intereses más propios de la separación que de la unión.
El Curso nos propone romper con el ciclo del pecado-miedo-castigo-muerte y entrar en un ciclo de entendimiento-comprensión-conocimiento-amor. Esto en nuestra cultura occidental nos viene bien, esto a la cultura occidental le viene bien. Nos propone des-hacer el entuerto de creencias aprendidas y aprehendidas para poder entrar en otra parte de nosotros más acorde con lo que realmente somos en esencia y así poder expandirnos.
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