El árbol milenario Holy Thorn en Avalon - Glastonbury – Somerset, ha sido cortado.
Imagino las nieblas de Avalon que protegen la Isla más densas, los caballeros que protegen la Thor más serios, las hadas de Chalice Well tristes, a Arturo y Ginebra afligidos en The Abbey, la iglesia de José de Arimatea más silenciosa, High Street en Glastonbury consternada, a la Goddess prudente y al Green Man desconsolado. Recorro los rincones de Avalon y los puedo ver y oír a todos susurrar palabras de ánimo para no desfallecer.

Avalon te transporta y te llena de una energía que nunca podrás olvidar. Te transforma sacando desde tu más interno yo lo que en realidad hay. Te toca el corazón para que no olvides jamás lo que en realidad eres y te ata a la real magia de la magia real.
Es uno de los lugares de mayor peregrinación de Gran Bretaña y símbolo de la cristiandad, que no del catolicismo. Miles de personas han ido al Holy Thorn para sentir su energía y depositar sus deseos en cintas colgadas en la red que lo protegía. Hoy los visitantes y los habitantes de Glastonbury lloran por la pérdida del símbolo conmovidos en sus corazones.

El árbol sagrado florece dos veces al año, en Navidad y en Semana Santa y es tradición mandar cada año por Navidad una rama en flor a la Reina de Inglaterra.
Es un día triste para muchos que allí hemos aprendido a sentir, a ver y a oír, pero también quiero expresar que no debemos depositar en objetos ningún otro valor que el que tienen. Lo que llevamos en el corazón no muere ni puede ser herido, confiemos en lo que llevamos dentro. El árbol sagrado era un medio, no un fin en sí mismo y estoy convencida que los habitantes de Glastonbury y toda la comunidad de peregrinos que hemos aprendido tanto allí, sabremos replantar un nuevo árbol para que todos los que lo sientan puedan despertar sus sentidos más allá del símbolo.
La energía no muere, solo se transforma. Ánimos Avalon!
Namasté
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Un video
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ResponderEliminarHola Àngles, no sabes lo mal que me sentí ayer cuando Gillian de Glastombury me envió la nota.
ResponderEliminarLa primera vez que estuve en el espino blanco, en abril, la madre naturaleza en media hora, nos regaló viento, tormenta, lluvia, arco iris y sol, impresionante.
Y la segunda vez fui de noche, y la rueda de enregía que hicmos alrededor de él fue muy muy especial...a parte de una luna casi llena, pudimos ver "algo" en el cielo que todavia no sabemos lo que era...
En fín que si no has estado alli, no se pueden describir las energias que hay.
Espero que podamos volver a poner nuestras cintas con nuestros deseos en un nuevo espino blanco... y como tu bien dices, nadie nos podrá arrancar lo que llevamos dentro del corazón.
Gracias por tus palabras
http://cristallsdesanacio.blogspot.com